
En aquest curs, explorem què és la intel·ligència artificial (IA), com funciona i com s’ha anat integrant en el nostre dia a dia a través d’algoritmes, xarxes neuronals artificials, aprenentatge automàtic (machine learning) i altres tècniques. Reflexionem conjuntament sobre els beneficis, els possibles riscos i la necessitat d’un ús ètic i responsable d’aquestes tecnologies emergents.
A més, desenvolupem petits projectes pràctics amb IA generativa, aplicant eines capaces de crear textos, imatges o fins i tot música.
Al principio, al saber que había posibilidades de que lo que nos mostraban en las películas pudiera ser verdad —películas catastrofistas y otras más sensibleras—, me llené la cabeza con ideas confusas y con bastante miedo de lo que se nos venía encima: hombres y mujeres mandando a máquinas, máquinas decidiendo sobre lo que está bien y lo que está mal... ¿Qué clase de uso se daría a estas herramientas tan poderosas que estábamos creando para ayudarnos en nuestras tareas y en otros ámbitos menos educativos, como el militar, el porno, etc.?
Pero luego, al adentrarme en el mundo de las IAs, conocido y más amable, me di cuenta de que este mundo podría ser bueno para mucha gente que tenemos o podríamos tener problemas con la edad. Podrían ayudarnos con la memoria, la movilidad, la diversión y, sobre todo, la compañía. Eso que a muchas personas les hace tanta falta. Sí, ya sé que ahora se encargan voluntarios y voluntarias de realizar estas tareas, pero pensar en la ayuda que te proporcionaría una IA —que no necesita descansar si está enchufada a la red continuamente— es impresionante.
Luego está el entrenamiento de la IA, que necesita de una ética y una educación que tendríamos que programar nosotros, guiándola en sus primeros pasos hacia la humanidad. Proponiéndole y activando su lado más extraño para una máquina: los sentimientos humanos. Algo que es muy difícil de explicar a una máquina que está empezando a colaborar con humanos que intentan que ella sea como ellos. Es de locos, ¿o no?
Jajajaja. Ya se verá...
A mi entender, la regulación de la ética de la IA debería estar en manos de un organismo, que a su vez sea tutelado por otro. La verdad es que no hay muchas personas confiables que no tomaran partido en beneficio propio, y dejar esto en manos de la inteligencia artificial podría ser peligroso, porque se perdería la esencia del ser humano y estaríamos expuestos a una vida programada por máquinas.
Yo no creo que lo vea, pero está claro que esto avanza muy rápido, y algunas cosas ya están aquí. Ya hay transportes manejados por IAs, se realizan operaciones con instrumental robótico, se calculan trayectorias para viajes interestelares, se manejan redes neuronales en implantes y otros tipos de tejidos, y te ayudan en los exámenes, en estadística, política, etc.
- Aurelio Tresgallo, 63 anys.